PILARES DE LA EDUCACION
PILARES DE LA EDUCACION
Los cuatro pilares de la educación son los cuatro fundamentos que sostienen el acto educativo como uno de los más importantes de la sociedad. Fueron establecidos por Jacques Delors (1925-) en un informe presentado ante la Unesco. Este político francés encabezó la delegación europea en la segunda Comisión Internacional sobre la Educación, convocada por Unesco para 1991.
Bajo el título “La educación encierra un tesoro”, el también llamado “Informe Delors” fue una síntesis de lo pensado y dicho sobre la educación desde los antiguos pensadores como Confucio o Sócrates, hasta otros contemporáneos como Durkheim o Gramsci.
Allí, se planteaba la existencia de estos cuatro pilares de la educación, o sea, cuatro objetivos que la educación debería cumplir. Los pilares fueron definidos como: “aprender a conocer”, “aprender a hacer”, “aprender a ser” y “aprender a vivir con los demás”.
Aprender a CONOCER
Este principio establece que la educación no debería contentarse con transmitir a las nuevas generaciones los contenidos o conocimientos desarrollados por terceros, como si con memorizar fuera suficiente, sino que debe enseñar a aprender.
Esto significa enseñar a construir el conocimiento para que se pueda seguir aprendiendo toda la vida, se pueda adquirir una postura crítica respecto al saber y se pueda orientar el pensamiento hacia los valores trascendentes. Dicho en términos más simples, se trata de enseñar a pensar.
Aprender a HACER
Sin embargo, los conocimientos teóricos no bastan para hacer la vida de la humanidad mejor y más productiva, así que se hace también indispensable ponerlos en práctica.
A esto se refiere aprender a hacer: enseñar las técnicas, pero también su sentido ético y práctico, de modo que las generaciones venideras puedan construir las propias y desarrollar nuevas prácticas. Este pilar se relaciona con el trabajo, con el compromiso con el mejoramiento de la sociedad y con la dignidad de los seres humanos en relación con sus actividades de subsistencia.
Aprender a SER
Dado que en la educación y la formación integral del individuo no se transmiten únicamente saberes, sino también valores y perspectivas, la educación debe también enseñar a ser, o sea, debe fraguar la identidad en base a los valores deseados, para así garantizar mejores generaciones y más comprometidas con las virtudes de la cultura.
De ese modo, se debe trascender el mero sentido utilitario de la educación, para pasar a formar individuos e individualidades, dotados de un sentido de pertenencia, de justicia, de trascendencia y de verdad.
Aprender a CONVIVIR CON LOS DEMAS
Finalmente, la educación debe enseñar a convivir, o sea, debe enfrentar las dificultades que como sociedad global se le plantean a la humanidad en el siglo XXI. Nos referimos a la violencia, la discriminación, la desigualdad y la injusticia, problemas que parecen muy difíciles de resolver, pero que aun así deben comenzar a pensarse desde temprana edad.
La formación social, moral y ética de las nuevas generaciones no depende sino de su educación a manos de las anteriores. Por eso se hace indispensable educar en función de la armonía en el descubrimiento del otro, y en un sentido profundo de comunidad que permita resolver las diferencias habidas o por haber de una manera civilizada, responsable y sobre todo ética.
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